Dícese del exabrupto murciano que así, de sopetón y sin previo aviso, cambia el color del cristal con el que se ve el día, sobre todo si te pilla recién levantada.
Esto es lo que soy, lo que me hace y lo que yo voy haciendo, las letras con las que construyo mi vida, las baldosas que forman mi camino, y mis pequeños momentos. Y no hay más.
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