Existe la falsa creencia de que las segundas partes nunca son buenas o que, cuanto menos, son peores que las primeras. Es sin embargo mi intención hoy demostrar no sólo que esa idea preconcebida es falsa sino que, en mi caso, es total y absolutamente contraria a la realidad. Arranco por segunda vez no sólo en el blog, sino en muchas otras cosas, facetas que habían quedado a un lado en el discurrir de mi vida, que se iban marchitando suplicantes de unas gotas de atención, y a las que desde hoy no puedo prometerles dedicación absoluta pero al menos sí unos leves brochazos desde lo más profundo de mí misma. Muchas cosas han cambiado y muchas más están por cambiar, pero aún hay algunas que no quiero ni pienso dejar que cambien.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
...de esto ya hace un puñado considerable de meses y aún no he visto una nueva entrada que lo confirme :P
Publicar un comentario