Como si no pasase el tiempo. Como si aún fuese ayer, el año pasado, hace un siglo, cuando nos reímos por última vez de alguna frase sin sentido. No es fácil olvidar (ni querré nunca hacer tal cosa) los cientos de tiritas con apariencia de sincera preocupación que han curado las magulladuras de mi alma en el camino hacia quién soy hoy. Quizá solo sea yo quien lo ve, pero allá en el fondo, donde a menudo nos encontrábamos a medianoche, tras unas cervezas y al amparo de la confianza ampliamente demostrada, nada ha cambiado. Continúo contando contigo, creyendo ciegamente en que estarás ahí si lanzo un S.O.S. al viento, aunque a veces me encuentro a mi misma reprochándote que no has escuchado mis llamadas. Para mí, pese a todo, sobre todo, vas a estar conmigo.
14.4.10
Suscribirse a:
Entradas (Atom)